sábado, 17 de octubre de 2009

Playa de La Concha de Artedo

Es una de las playas más espectaculares de Asturias.
Luego, vienen los turistas, la ven en pleamar y sólo se fijan en las piedras. Es muy bonita, pero hay que mirarla en su conjunto, no sólo esperar ver un arenal. Vale que no sea muy apta para extender la toalla, pero para todo lo demás es ideal: relajarse dando largos paseos a la orilla del mar, darse un baño en aguas tranquilas, limpias y muy seguras, disfrutar de un entorno natural maravilloso...
En uno de esos interminables paseos encontramos una botella, la cogimos para tirarla a la basura y resultó que había un mensaje dentro, ¡qué emoción!, y qué interesante ver que había sido arrojada al océano en el mar del Norte, por un marino mercante que estaba de paso; no estaba manuscrita y nos invitaba a escribirle a una dirección electrónica. Superado el romanticismo inicial, nos quedamos con una curiosa mezcla de elementos asincrónicos.
En esta playa, desde siempre han entrado a guarecerse todo tipo de embarcaciones, en unos momentos huyendo del temporal de alta mar y en otros del enemigo que los perseguía. Así, los alemanes durante la segunda guerra mundial venían a repostar a esta cala, por su enclave estratégicamente protegido. Y cuentan que un submarino con bandera de ese país está hundido en estas aguas; los historiadores locales no se ponen de acuerdo, no se sabe si se sumergieron y no pudieron salir por falta de combustible o si fueron abatidos por los enemigos; la cuestión es que está en las profundidades, con difícil acceso incluso con bombonas.
Los que sí se pueden ver en una inmersión con oxígeno son 3 barcos de pesca que fueron hundidos a propósito para crear arrecife. Bajo el mar… bajo el mar… (¿recordáis la canción de la sirenita?).
En esta ensenada también ha habido una plantación de algas de la variedad Palmaria; todo partió de unos estudios de la facultad de biología de Oviedo y derivó en un cultivo más extendido para su posterior comercialización. Por cierto, está buena!, algunos restaurantes de la zona la incluyen en sus platos (Casa FernandoII y Mariño).
Vamos a salir a superficie, pues también aquí hay curiosidades: el Serrerín es una zona muy frecuentada por pescadores de caña, se puede bajar caminando desde Lamuño y se capturan unos pescados de roca muy sabrosos.
Los buceadores son otros amantes de esta playa, por la belleza de sus fondos y por la abundante pesca.
Por el pedrero podemos coger bígaros, yámparas (lapas), cangrejos y pulpos.
Antiguamente, existían un par de entradas en la roca, por las que se accedía a yacimientos de mineral de hierro, que extraían para la fabricación de herramientas, aperos de labranza y armas defensivas. Hoy sólo queda una boca a la vista, la otra está detrás del muro de contención que se ha levantado detrás de las duchas y casetas de servicios múltiples.
Porque, desde este verano, contamos con todos los servicios, hemos estrenado puente sobre el río, pasarela de madera a todo lo largo de la playa, paseo hasta el aparcamiento y el aparcamiento en sí. Todo impresionante! Un gusto pasear por la Concha de Artedo ahora.
La situación del restaurante Casa Miguel, a pie de playa, es un lujo. Pero, el resto de edificaciones que hay en el entorno (salvando casa Calito y el pescador, que llevan mucho tiempo) son una pena, un atentado al buen gusto, un desatino urbanístico… en definitiva, ¡un cutrerío! Algo malo tenía que tener la playa, ¿no?, no podía ser todo maravilloso, porque pensaríais que exagero.
Otra cosa interesante que se me olvidaba: allá por los años 70 y tantos tuvimos una foca, “Conchita”, Calito la rescató y la cuidó como a su hija dentro de su cetárea; cuando éramos niños íbamos a verla y recuerdo como algo sorprendente el hecho de que al acariciarla en el sentido del pelo lo hacíamos al contrario de lo esperado.
Vais a tener que venir a descubrir La Concha de Artedo, como veis un rincón del paraíso lleno de historias, leyendas y curiosidades.

Esta entrada será compartida también en el nuevo blog de La casa del Campo.

2 comentarios:

  1. Como veraneante en La Concha desde hace ya "ni me acuerdo",puedo añadir a la entrada de mi amiga Elena que hay además cuevas que se pueden visitar,en lancha o caminando,si la marea lo permite y una piscina natural en la que es un lujazo poder darse un baño.No es raro ver grupos de delfines, alguno llegó hasta la playa,y fué una odisea el devolverlo al mar,y hace tres o cuatro veranos tuvimos una foca de visita en la playa que provocaba un gran revuelo entre los socorristas y los bañistas.
    Como veis en esta playa tenemos de todo.

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  2. Hola Rosa,
    Muchas gracias por estar ahí y por apuntar estas cosas, que me había olvidado.
    Un abrazo.

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