domingo, 31 de mayo de 2009

Visita guiada a Cudillero


El martes tenemos una visita guiada por Cudillero, Hugo, coordinador de la empresa Guías Tour Asturias, ha tenido la deferencia de invitar a todos los hoteleros y hosteleros de la zona a conocer más en profundidad la capital del Municipio. Ya os contaré, pero seguro que pese a llevar viviendo aquí toda la vida me entero de muchas cosas desconocidas para mí. Además es una buena excusa para cambiar impresiones con los colegas, porque aunque muchos somos vecinos pocas veces coincidimos relajadamente.

De ruta por la Comarca Vaqueira (2ª parte)




Por los pueblos interiores de Valdés y Tineo.
Esta ruta es una de mis preferidas, porque las brañas siguen siendo auténticas. Salimos de la Lamuño por la CU-6 dirección S. Martín de Luiña, parada en la Iglesia para ver la inscripción discriminatoria hacia el pueblo vaqueiro; alguna respuesta a por qué los discriminaban la podemos hallar durante este viaje. Seguimos hacia Brieves, por S. Cosme-Arcallana-La Mortera-Muñás, advierto que la carretera es de muchas curvas, pero tiene una arboleda protectora fantástica, que con sol se agradece mucho.
Para los que se marean mucho, pueden coger autopista en Lamuño hasta Cadavedo, carretera de Cortina, pasar por Trevías y llegar a Brieves igualmente.
Aquí paramos a ver el pueblo, con algunas casas que se unen a sus hórreos por medio de puentes y adornadas con espléndidas buganvillas.
Tomamos la AS-221, dirección Merás, seguimos hasta S. Pedro de Paredes para contemplar las Hoces del Esva, ¡impresionante, espectacular, fabuloso paisaje!! Podemos comprar unos cestos al artesano del lugar.
Dirección Naraval nos encontramos el Centro de interpretación de las Hoces del río Esva en Agüera, merece la pena parar a verlo, es bastante didáctico y muy asequible (2€ si mal no recuerdo). En Naraval existe un museo vaqueiro, que no conozco, porque en temporada baja que es cuando yo viajo está cerrado. La tienda bar del pueblo es de las típicas, de esas que hay que visitar para charlar con la gente que puede darte toda la información que requieres.
Seguimos hasta Navelgas, visita al museo del oro, interesante por conocer la historia de la zona, remontándonos a los romanos. Podemos batear o intentarlo, al menos (absténganse las mujeres de llevar escote, porque la postura se las trae). Después de comer abundantemente y muy bien en Casa Nieto (rehabilitado hace poco y con gusto) o Casa Vicentón (bar y comedor de los de toda la vida) vamos a hacer una ruta a pie, la del oro (bonita, pero es todo subir para luego bajar, en ningún momento se llanea, hay que tenerlo en cuenta). De vuelta, cogemos coche hasta Muñalén, donde nos espera Jesús para hacer una visita guiada a su Museo del bosque, ¡me encanta!, me apetece siempre retirarme del mundanal ruido e intentar vivir como lo hacían nuestros antepasados, de lo que producen el campo y el bosque, os lo aseguro, es una experiencia muy enriquecedora.
De vuelta para casa, paramos en Aristébano, para patear una braña vaqueira auténtica, callejas mal empedradas, otras de tierra, con excrementos de animales…, es lo que había antes en todos los pueblos, pero que con tanto asfalto se ha perdido. Aquí se celebra la famosa boda vaqueira, fiesta de interés turístico nacional, el último domingo de julio.
Continuamos por la AS-219 hasta Luarca para volver por la A-8.

Publicado también en el nuevo blog de la Casa del Campo.

miércoles, 27 de mayo de 2009

De ruta por la Comarca Vaqueira (1ª parte)


Una visita a Salas.
De camino, una vez pasado Pravia, el paisaje de la vega del Narcea con sus campos labrados y sembrados de las más variadas verduras es digno de ver. Paramos en Cornellana para recorrer una de las sendas que está señalizada nada más pasar el puente de entrada a Conellana, a la Izquierda; de vuelta nos detenemos en el Monasterio, actualmente casi en ruinas, pero pendiente de una próxima rehabilitación. Y compramos unos mantecados deliciosos en “Casino”.
Llegamos a Salas, aparcamos a la entrada para poder recorrer sus calles (actualmente en obras) y ver las principales casonas de familias importantes de la zona, entramos a la Colegiata y nos deleitamos contemplando el mausoleo de Valdés Salas (fundador de la Universidad de Oviedo), tallado en alabastro, ¡menudo poderío!
Subimos a la torre, resto del castillo medieval que era propiedad de los Valdés, las escaleras son muy estrechas, pero el esfuerzo de subirlas merece la pena por la sensación de dominio de la villa que tienes desde arriba. Bajarlas tampoco es fácil.
En coche ya, subimos a la ermita del Viso pues las vistas son muy bonitas desde aquí, el bosque es precioso, con área recreativa, campo de tiro y campo de golf incluidos. De camino, paramos en S. Martín, dentro del cementerio lo más destacado es un tejo milenario, ¡impresionante!, tienes que rodearlo y mirar hacia arriba, y no podrás evitar dar gracias a la Naturaleza por permitirte existir en tu insignificancia. También hay una iglesia, reconstruida sobre los restos de una prerrománica del s.IX, en desuso y mal conservada en la actualidad. Algunos restos de la antigua se exponen en la torre del castillo.
El hambre empieza a hacerme flaquear, vamos a degustar un pote asturiano y probar unos bocados de chosco y de lomo cocido (típicos de aquí), de postre unos quesos de Afuega´l Pitu (fabricados en la Comarca), me lo pido blanco con miel y nueces. ¡De muerte, qué bueno está todo! Ahora necesito caminar para bajar todo esto… al lado del río han trazado una senda, que es muy cómoda para darse un paseo relajante.
Otro día más...

domingo, 17 de mayo de 2009

Alternativa para un día lluvioso


Enlazando con el tema anterior y puesto que este fin de semana no ha hecho el tiempo maravilloso que todos esperábamos, dado que ya hemos pasado el ecuador de mayo, creo que es más acertado recomendar algunas lecturas interesantes, que una ruta por la zona. También es muy agradable quedarse en casa, disfrutando de la tranquilidad del pueblo, delante de un buen fuego, con una humeante taza de té al lado y en las manos un buen libro (porque los libros hay que olerlos, palparlos, ir pasando sus páginas…, pienso que el ordenador está bien para otras cosas).
De lo último que he leído me quedo con: Juntos, nada más, de Anna Gavalda; La elegancia del erizo, de Muriel Barbery; Mi asistenta, de Gee; Astur, de Isabel S. Sebastián; ¡bueno, bueno! de acuerdo, me inclino mucho por las escritoras, sí; vale! Uno escrito por un hombre, para que no se diga: El curioso incidente del perro a media noche, de Mark Haddon. Aún no puedo decir nada de Los hombres que no amaban a las mujeres, de Stieg Larson, porque lo voy a empezar ahora.
Otro día más, mejores no lo sé.

Aprendiendo a relativizar las cosas


Hace una semana, coincidimos con Marta Rivera de la Cruz, una de mis escritoras preferidas, me dedicó su último libro, La importancia de las cosas, ¡fue genial! Lo acabo de leer y, como todos los suyos, me ha gustado mucho; resulta fácil de leer, entretenido, de esos que no puedes dejar, porque te engancha. Os lo recomiendo.
Entré en la Web de la autora y descubrí que hay gente a la que no le ha gustado tanto como a mí. Por supuesto, una es consciente de que todos no tenemos los mismos gustos, ¡afortunadamente!, por lo que no me extrañó que una persona pudiese opinar lo contrario que yo y que la mayoría; pero, sí me llamó la atención que Marta Rivera se sintiese dolida por esa crítica. Pero, ¿de qué me sorprendo? Si yo misma me sumo en la tristeza cuando alguien no da la máxima puntuación a mi casa. No somos perfectos, ni hacemos las cosas con excelencia, pero lo perseguimos, ¿por eso duele que nos digan a la cara que algo no está superior?
La gracia está en que yo veo que la opinión poco positiva atribuida al libro de Marta Rivera es una nimiedad, una opinión aislada entre muchas a las que les ha encantado la obra. ¿Por qué no podemos relativizar de la misma manera cuando nos tocan una cuestión personal, pensar: ¡vale, yo lo he hecho lo mejor posible, a esta persona no le ha parecido extraordinario, pero a otras muchas sí, y quedarnos con esto!?