domingo, 8 de marzo de 2009

A los buenos clientes del turismo rural.


Intentando recordar alguna anécdota ocurrida en la casa rural (una periodista, clienta, me lo pidió) me han venido a la memoria un montón de situaciones graciosas y otras no tanto, pero que me traen una sonrisa a los labios, cuando pienso en sus protagonistas, a los que recuerdo con mucho cariño.
En ocasiones así, cuando rememoras el pasado, es cuando te das cuenta de que la gente es buena, que hay en el mundo más gente que merece la pena conocer, que elementos impresentables. ¡Menos mal! Porque si no fuese así sería como para apearse.
La mayoría de la gente, cuando viene al pueblo, sabe a dónde viene, pero alguno que otro se halla un poco perdido. Por eso de que hay que seguir las tendencias y ahora está de moda “lo rural” nos dejamos aconsejar por el compañero de trabajo que pasó un inolvidable “finde” en la aldea y cuando llegamos nosotros nos sorprende que no tengamos buena cobertura de móvil, que incluso la TV no pille una buena señal, que el camino de acceso, ya no digo que tenga mal el asfalto, sino que tenga mil curvas y no encuentres ni una señal que indique por donde está la dichosa casa…
En fin, mil cosas que pueden resultar un incordio para aquel que no tiene claro lo que es el medio rural y que, sin embargo, constituyen el principio de lo que es algo inolvidable para otros muchos, amantes de la tranquilidad, la naturaleza, lo auténtico.
Por otro lado, cada vez son más las comodidades de las que se puede gozar en el pueblo, al menos en Asturias: buenas comunicaciones, cobertura de móviles, WIFI, y más, y más plus: SPA, salas de convenciones con cañón, proyectores, etc., cursos de nouvelle cuisine, catas de vino con maridaje, golf; y demás extras que están introduciendo los más adelantados.
Y… ¿no nos estaremos pasando? Es la pregunta que nos hacemos algunos, los que empezamos hace más de una década, cuando lo poco que ofrecíamos en el alojamiento era valorado como un tesoro. Y ahora, todo es poco, cada vez se espera más cosas del establecimiento a elegir, y desvirtuamos la esencia de las cosas.
O será que me estoy haciendo mayor, volviendo purista, y no veo que se trata de ir con los tiempos…
Desde aquí, un abrazo cariñoso para todos los buenos clientes que han pasado por mi casa.

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